Tres de cada cinco empresas españolas (el 61%) están preocupadas (26%) o muy preocupadas (35%) por los posibles efectos de su exposición al riesgo de tipo de cambio, según la encuesta de Gestión de Riesgo de Tipo de Cambio a Empresas Españolas realizada por EY con la colaboración del IEB. Sólo el 7% muestra un nivel bajo de preocupación (representando este 7% las empresas con menor grado de exposición). El estudio, que analiza las prácticas más extendidas de las compañías para enfrentarse a las fluctuaciones de las divisas, revela que el dólar estadounidense, la libra esterlina y las monedas latinoamericanas (especialmente el real brasileño y el peso mexicano) son las divisas a las que mayor exposición tienen las empresas españolas.
Para la elaboración del sondeo se consultó entre diciembre de 2016 y febrero de 2017 la opinión de 134 grupos de empresas de diversos sectores, de los cuales el 42% factura más de 1.000 millones de euros anuales y el 83% más de 100 millones. Del total de los grupos encuestados, el 43% obtiene más del 40% de su facturación fuera de la zona euro y los sectores más representados son retail y productos de consumo (15%), seguido por los productos industriales, químicos y manufacturas (13%), y por energía (12%), aunque la muestra está muy diversificada (ningún sector representa más del 15% de la misma).
El 84% de los grupos consultados tiene una política definida de gestión del riesgo de tipo de cambio, ya sea a nivel global (72%) o para alguna empresa del grupo (12%), pero sólo el 53% la tiene recogida en un documento interno aprobado por la Dirección de la empresa. Asimismo, únicamente el 17% de las empresas consultadas cuenta con un departamento específico de gestión de riesgos financieros para ejecutar la estrategia -esta función se está desempeñando principalmente desde el departamento financiero en general (54%) o desde el departamento de tesorería (50%)- y solo el 11% de las empresas consultadas cuenta con más de diez personas implicadas de forma directa en esta actividad. El estudio asegura, además, que el 94% de las empresas encuestadas centraliza la gestión desde la matriz del grupo.
Para José Morales Díaz, Socio de EY Corporate Treasury y profesor del IEB, “la gestión del riesgo de tipo de cambio es un aspecto clave dada la internacionalización de nuestras empresas y las implicaciones que puede tener sobre la liquidez, la contabilidad y los resultados de los grupos. Esta gestión suele estar influida generalmente por la facturación de las organizaciones y por el nivel de exposición, siendo esto último medido principalmente por las compras y ventas fuera de la zona euro”.
Sergio Reyes, Director de Programas a Medida del IEB, considera “esencial que el personal de la tesorería /dirección financiera de las empresas cuente con conocimientos sólidos sobre el funcionamiento de los mercados de divisa, sobre qué tipo de instrumentos de cobertura existen para reducir/minimizar la exposición a las volatilidades de las diferentes monedas en las que se opera, y en definitiva, a disponer de una metodología para un control de riesgo eficiente de las exposiciones al tipo de cambio. Todo ello contribuirá a que la operativa internacional de las empresas sea mucho más sostenible y evitará potenciales impactos no deseados en la cuenta de resultados de las matrices del grupo”.
El estudio recoge que los controles sobre la gestión del riesgo de tipo de cambio más implementado son la contratación de instrumentos financieros mediante un sistema de autorizaciones por niveles -por importe de la operación- (58%), seguido del establecimiento de límites a la contratación de los mismos (55%). Del total de empresas de la muestra, un 63% tiene algún tipo de reporting periódico a la Dirección relacionado con el riesgo de tipo de cambio, mientras que el 37% restante no tiene implementado ninguno en este sentido.
Solamente un 2% de las empresas de la muestra no mide, ni de forma cualitativa ni cuantitativa, su exposición al riesgo de tipo de cambio.
Los grupos empresariales consultados señalan que la cobertura sistemática de un determinado porcentaje de la exposición utilizando derivados (46%) es la estrategia de gestión más aplicada, mientras que el 31% vigila los tipos de cambio en tiempo real para poder actuar en el momento oportuno. Sólo el 12% de las consultadas asegura no cubrir nada. El periodo temporal más extendido para las coberturas es entre seis meses y dos años (65% de las empresas), y, entre los derivados más populares, destaca el “forward” de divisas o seguro de cambio, con el 76%.
Asimismo, el estudio apunta que un 83% de las empresas que contrata derivados u otros instrumentos financieros para la gestión del riesgo de tipo de cambio aplica las normas especiales de contabilidad de coberturas.
Objetivos y retos
Los principales retos en la gestión del riesgo de tipo de cambio son: establecer un objetivo definido y claro para la gestión de dicho riesgo (47%), mejorar la información financiera para la toma de decisiones (41%), entender cuál es la exposición real al riesgo de tipo de cambio del grupo (36%) y mejorar los sistemas y herramientas de gestión (36%).
El estudio señala que el principal objetivo de estas políticas de gestión de riesgo de tipo de cambio es proteger el resultado en los estados financieros consolidados (70%), seguido de la protección de los flujos de caja futuros con relación a la moneda de referencia de la matriz (46%). Sólo el 9% hizo referencia a asegurar los dividendos futuros.
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