En un contexto de tipos bajos y fuerte regulación, parecería que el sector asegurador vive sus horas más bajas pero, más allá de la coyuntura, la industria se mueve a toda velocidad al calor de la transformación digital. Nuevos jugadores tecnológicos –las denominadas insurtech– y modelos de negocio basados en el big data están revolucionando un sector con fama de monótono y poco innovador.
Así se puso de manifiesto en el 7º Encuentro del Sector Seguros, que tuvo lugar ayer en el campus de Madrid bajo la dirección académica del profesor Jorge Soley y con el patrocinio de EY España.
Oportunidades sí, pero también riesgos
Según los representantes del sector, la irrupción de las nuevas tecnologías está obligando a las compañías del sector a redefinir sus estrategias y modelos de negocio. Esta transformación ofrece múltiples oportunidades, pero también supone riesgos.
La presidenta de UNESPA, Pilar González de Frutos, advirtió sobre la competencia –“no siempre leal”– de las insurtech, las start-ups que utilizan los avances digitales para crear, dentro del sector de los seguros, nuevos productos y nuevas formas de ofrecerlos.
“Sin duda, las insurtech son un acicate para la competencia, siempre beneficiosa, pero deben competir con las mismas reglas de juego. Las exigencias deben ser iguales para todos”, aseguró.
Y es que, como señaló Mirenchu Villa, directora general adjunta de Negocio Asegurador de Grupo Mutua, “la regulación tiene una función primordial: garantizar la seguridad del consumidor”. Esta directiva reivindicó las palabras de González de Frutos afirmando que “el hecho de que existan nuevos canales de distribución de seguros es bueno. No se debe actuar contra ellos. Pero lo importante es que el ámbito regulatorio sea igual para todos. Para las aseguradoras y para los nuevos jugadores. Y todo ello en beneficio del consumidor”.
El valor del big data
“Si hay una industria que se sustenta sobre la información, esa es la industria aseguradora”, afirma Vicente Cancio, CEO de Grupo Zurich España, aludiendo a la importancia que tiene el big data –análisis masivo de datos– en el diseño de productos personalizados.
“Extraer valor a todos los datos que manejamos es nuestra gran oportunidad”, reafirmó Antonio Trueba, director general de VidaCaixa.
Sin embargo, no es tarea fácil: “El quid de la cuestión está en sintetizar toda la información y seleccionar la que resulta verdaderamente relevante”, explicó Ignacio Eyres, director general de Caser Seguros.
En este punto surge la disyuntiva entre tecnología y personas: “La inversión en personas, en un buen equipo que sepa extraer valor, es más importante que grandes inversiones en tecnología”, opinó Mirenchu Villa –quien recordó que el big data está ayudando a afinar la tarificación y también el fraude–.
Regulación y política monetaria, el talón de Aquiles del sector
Durante el encuentro también se hizo eco de dos asuntos que en los últimos años han acaparado gran parte del debate: la creciente regularización y los efectos de la política monetaria del BCE.
Sergio Álvarez Camiña, director general de Seguros y Fondos de Pensiones, reconocido que los niveles regulatorios, con distintas capas, nacionales y comunitarios, se han complicado muchísimo. En su opinión, el riesgo regulatorio es real, “pero esto es algo que las compañías de seguros deben asumir e incorporar a la gestión ordinaria y diaria”, dijo.
También Denis Kessler, presidente & CEO de SCOR SE, aludió a este asunto señalando que no es sencillo desregularizar, rebajar las exigencias impuestas, pero sí frenar su avance.
Por lo que se refiere a las dificultades de la industria para ser rentable en un entorno de tipos de interés bajos, Andrés Romero, director general de SantaLucía, reconoció que “es más sencilla una gestión con tipos de interés altos, pero somos aseguradoras, nuestra materia prima es el riesgo y tenemos que acostumbrarnos a asumir riesgos diferentes”, dijo.
En busca de una nueva relación con el cliente
Tomás Alfaro, director de Negocio de Aegon Seguros, señaló que actualmente la industria española tiene tres problemas: los bajos tipos de interés, las exigencias de Solvencia II y la obligación de establecer un nuevo tipo de relaciones con el cliente.
“La normativa nos obliga a demostrar a nosotros que el cliente puede aceptar el riesgo, y eso es muy complicado. Para mantener la rentabilidad nos vamos a ver obligados a trasladar el riesgo al cliente, pero la regulación nos dice que el cliente no es responsable, los responsables somos nosotros. Es la cuadratura del círculo”, explicó Alfaro.
Esta reflexión suscitó la intervención de Cristina del Ama, directora general de Allianz Seguros: “Yo también creo que debemos ir a un tipo de producto en el que el riesgo sea asumido por el tomador, pero la venta hay que hacerla bien y con transparencia. Pasar de vender productos garantizados a productos de riesgo no es fácil, pero tenemos que hacerlo bien para no incurrir en riesgo reputacional”.
Andrés Romero coincidió: “Si trasladamos todo el riesgo al cliente nos convertiremos en otra industria, seremos otro tipo de operadores financieros. Tenemos que ofrecer rentabilidad al cliente como tenemos que fomentar la cultura del ahorro. No sólo por necesidades del negocio, también porque es una obligación social”.
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