Design Thinking es una metodología que utilizan los diseñadores para innovar en su trabajo y se está extendiendo hacia las empresas, las startups e incluso las instituciones educativas. La premisa es encontrar soluciones creativas a los problemas, generalmente construyéndolas en equipo. Sin embargo, es posible aplicar el Design Thinking en tu vida cotidiana para hallar alternativas que te permitan desenvolverte mejor en tu trabajo, tus estudios y hasta proyectar tus aspiraciones personales.
1. Visualizar el problema
Es una herramienta para identificar los aspectos clave del problema cotidianoque deseas desarmar e identificar patrones que están trancando su resolución. Puedes dibujarlos en papel para comprenderlos desde otra perspectiva, descubriendo aspectos que no estaban tan claros cuando lo pensabas abstractamente. Otra idea similar es escribir el problema contándolo como un cuento, armando una lista de palabras relacionadas o una lluvia de ideas con el concepto central en un globo y las vertientes expresadas en flechas que surgen a partir de él.
2. Invertir tus pensamientos
Convierte una negación en una afirmación positiva que cambie la perspectiva de abordaje, una estrategia para pensar a la inversa y decidir qué aspectos priorizar. Por ejemplo, si estás craneando cómo afrontar una reunión de trabajo sobre un tema que te involucra, piensa en todo lo que no deberías decir para extraer cuál es la información pertinente. Cambia la formulación de las preguntas para generar nuevas formas de plantear un disparador.
3. Lanzarse al riesgo
Cuestiona las hipótesis para romper los estereotipos y elaborar ideas que estén fuera de caja. El Design Thinking se caracteriza por enfatizar en el aprendizaje durante la práctica, de modo que la experimentación es más importante que el riesgo. Solo se puede innovar si se asume la posibilidad del fracaso, sintiéndose cómodo ante la perspectiva de que la resolución no sea la esperada.
4. Llevar un diario
Por extraño que parezca, escribir un diario que funcione como monitoreo de tus actividades cotidianas es una forma de determinar cuáles te inyectan energía, cuáles la drenan y cómo te afectan. Tómate el trabajo de registrar tus actividades más importantes durante unas semanas, escogiendo aquellas que te entusiasman y las que te aburren o cansan, de modo que veas cómo puedes mejorarlas, modificarlas o incluso suprimirlas. Utiliza el diario como tu medidor de energíapara aprovechar al máximo cada día.
5. Pensarse en varios escenarios
Consiste en un ejercicio de proyección que implica pensar varias alternativas para el futuro. Escribe distintos caminos o escenarios en los que te encontrarás durante los próximos 5 años, volcando tus aspiraciones tanto profesionales como personales. El objetivo es comprender que tu vida podría tomar diferentes rumbos pero serías feliz en todos ellos si sabes aprovechar las oportunidades. Es un mecanismo para evitar arrepentimientos cuando una decisión vira la dirección de tu vida, comprendiendo que pude ser la piedra de toque para una nueva trayectoria.
Fuente: Universia
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