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Muchos creen que tener talento es una suerte; nadie que la suerte pueda ser cuestión de tener talento. - Jacinto Benavente

9.477 millenials con Discapacidad buscan empleo en España

El próximo 12 de agosto se celebra el Día Internacional de la Juventud, efemérides que, un año más, la Fundación Adecco y JYSK no han querido dejar pasar sin elaborar el segundo informe Millenials con Discapacidad, motor de futuro, un trabajo realizado en base al informe El mercado de Trabajo de las personas con discapacidad (SEPE, 2016), así como una encuesta a 500 personas con discapacidad entre 18 y 35 años.

Según Olafgilbert Zoder,  Responsable de Administración y Personal de JYSK España: “el futuro de nuestra sociedad depende de las nuevas generaciones, entre las cuales no podemos permitir ningún tipo de discriminación. Por ello, consideramos estratégico empoderar a los más jóvenes con discapacidad, de cara a que tengan las mismas oportunidades que el resto y su talento no quede desperdiciado en una economía que tanto les necesita”.

Por su parte, Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, comenta que: “los Millenials constituyen una generación clave para nuestro mercado laboral, en un contexto de récord de envejecimiento, en el que no se incorporan suficientes jóvenes al mercado para abastecer a la creciente masa de jubilados. Por ello, nadie sobra en el mercado laboral: ni los mayores de 55 años ni los jóvenes con discapacidad a los que, todavía, sin embargo, se sigue discriminando. El pasado año, desde la Fundación Adecco generamos 725 empleos para jóvenes con discapacidad y podemos constatar que el ratio de éxito en la incorporación es muy alto, reduciéndose la rotación y el absentismo, en contra de los prejuicios que siguen asentados en la sociedad y en las empresas. Pues las personas con discapacidad que deciden participar en el mercado laboral, lo hacen porque realmente desean hacerlo, duplicando su compromiso y rendimiento”.

Radiografía del desempleado millenial con discapacidad

Actualmente, se contabilizan en España 9.477 jóvenes con discapacidad (hasta 25 años) inscritos como demandantes de empleo. Su perfil responde al de un hombre (64%), con discapacidad física (41%) que reside mayoritariamente en Andalucía (26,2%), Cataluña (14,1%), Comunidad Valenciana (11%) y Comunidad de Madrid (10%). En otras palabras, estas 4 regiones concentran al 61,4% de los desempleados jóvenes con discapacidad.

Además, cabe señalar que la mayor parte (35%) es desempleado de larga duración, es decir, lleva más de un año buscando empleo sin éxito.

 

Confían en sí mismos, pero no en la sociedad

A la hora de afrontar la búsqueda de empleo, la mayor parte de los jóvenes lo tiene claro: el 90% cree que su discapacidad le refuerza en valores como el esfuerzo (95%), la constancia (91%) o la tolerancia a la frustración (85%). Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “la discapacidad conlleva, en muchos casos, la convivencia con el sacrificio y no es extraño que los jóvenes se vean reforzados en dichas competencias, sintiéndose capaces de llevarlas al ámbito de la empresa”.

Sin embargo, esta confianza en sus habilidades se contrarresta con la percepción que tienen de la sociedad y del mundo empresarial: el 72% cree que su discapacidad le perjudicará a la hora de encontrar un empleo.  En la misma línea, 6 de cada 10 cree que tardará más de 1 año en encontrar una ocupación, cifra que contrasta con la de los jóvenes sin discapacidad, que se muestran mucho más optimistas: 8 de cada 10 espera tener trabajo en un plazo inferior a un año y sólo un 2% cree que se demorará más de 12 meses.

En este sentido, Mesonero destaca que: “los jóvenes con discapacidad opinan que los prejuicios y estereotipos siguen muy asentados en la sociedad y en la empresa, mermando sus oportunidades profesionales. Si bien este pensamiento no puede servir de pretexto para no buscar empleo, no deja de basarse en una realidad: todavía existen multitud de creencias estereotipadas en torno a las personas con discapacidad, que las asocian con menor productividad, menor compromiso o mayor absentismo, Desde la Fundación Adecco trabajamos por erradicar estos prejuicios, que están cimentados en el desconocimiento o la falta de experiencias previas”.

Fuente: Encuesta Redgeneración Adecco y Encuesta Fundación Adecco y JYSK

 

Menor formación: el Talón de Aquiles

El nivel formativo es un factor determinante a la hora de garantizar el acceso al mercado laboral. Es una conclusión generalizada en todos los países miembros de la UE: a mayor nivel de formación, mayor tasa de ocupación y menor desempleo.

En este sentido, es significativo cómo entre los jóvenes de nuestro país, la carencia formativa se alza como una de las principales causas de desempleo: un 53,2% de los parados menores de 25 años no ha superado la Educación Secundaria Obligatoria.

A través de la presente encuesta, hemos podido esbozar el nivel formativo predominante entre aquellos que tienen discapacidad. Si bien las diferencias entre los que han cursado Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato son mínimas, se aprecian importantes desfases en el porcentaje de jóvenes con estudios primarios y superiores. Así, un 19,3% de los encuestados con discapacidad tiene estudios primarios, más del doble que sus coetáneos (9,4%). Por el contrario, sólo un 8,2% cuenta con estudios universitarios, casi la mitad que el resto de los jóvenes (17,2%).

Con ello, el porcentaje de menores de 25 años con discapacidad en desempleo, que no ha superado la ESO, asciende hasta el 64,3%.

Pablo Pineda, primer diplomado europeo con síndrome de Down y embajador de la Fundación Adecco apuesta por un modelo de educación inclusiva que reduzca esta brecha formativa: “el problema es que muchas personas con discapacidad, especialmente intelectual, terminan su formación con 18 años y su única alternativa es un centro ocupacional o Centro Especial de Empleo. En mi caso me considero afortunado, pues fui a la Universidad, si bien no tiene por qué ser la única vía. Desde mi punto de vista, el valor de la educación inclusiva es precisamente buscar la equidad,  analizar las necesidades de cada persona y ofrecerle alternativas que respondan a las mismas. De este modo, las personas con discapacidad podríamos alcanzar la plenitud educativa haciendo una FP, con un certificado de profesionalidad o mediante otras fórmulas intermedias que no nos conduzcan a tocar nuestro techo formativo a los 18 años. La idea, pues, es prolongar la formación de las personas con discapacidad hasta los 25 para que puedan competir con garantías en el mercado laboral”.

¿Dónde encuentran empleo los jóvenes con discapacidad?

Según el informe El mercado de Trabajo de las personas con discapacidad, del SEPE, la mayor parte (20,2%) encuentra trabajo como peón de industria manufacturera, seguidos de un 19,6% que lo hace como personal de limpieza en oficinas y hoteles. Camarero es la tercera profesión más repetida, con un 12,6%.

Según Pablo Pineda: “Muchos de estos empleos no exigen una cualificación elevada y es por ello que las personas con discapacidad, por ejemplo los que tenemos síndrome de Down, somos candidatos óptimos para desempeñarlos. Para mí el reto sería que, en unos años, podamos ver a las personas con discapacidad trabajando en bancos, bufetes de abogados y por qué no, liderando equipos de trabajo, posiciones en las que hoy nuestra presencia es residual. Para ello es necesario dar un salto cualitativo que empieza en las familias, donde hay que eliminar esa sobreprotección que nos conduce directos a la inactividad y a la dependencia. Por otra parte, las Administraciones Públicas y las empresas deben abanderar un cambio de mentalidad que apueste por procesos de selección ciegos, donde lo único que importe sean las competencias de las personas y no si tenemos un certificado de discapacidad. En pleno siglo XXI  no podemos aspirar a menos”.

5 consejos para que los jóvenes con discapacidad se estrenen en el empleo

Durante el último año, la Fundación Adecco ha generado 725 empleos para jóvenes con discapacidad. A todos los que deseen estrenarse en el mundo laboral, la Fundación ofrece las siguientes recomendaciones:

  1. No indiques en tu currículum que tienes discapacidad. Piensa que es un dato que no determina en absoluto tu profesionalidad: lo que debes poner en valor es tu formación, experiencia y actitudes. Además, piensa que la mayoría de los responsables de RRHH no son expertos en el tema: podríamos generarles dudas y que se cuestionen si la discapacidad será un obstáculo para desempeñar el puesto.
  2. Centra tu currículum en las competencias. Si no tienes experiencia laboral previa, lo mejor es hacer hincapié en habilidades y competencias en las que destaques (iniciativa, adaptabilidad a los cambios, polivalencia), así como en actividades extracurriculares (voluntariados, estancias en el extranjero, etc). Estos detalles suman mucho cuando se trata de convencer a la empresa de que nos dé una oportunidad por primera vez.
  3. En la entrevista de trabajo, no tengas miedo de hablar de tu discapacidad. Si es visible y te preguntan por ella, explícala con naturalidad y sin tapujos. Lo importante es que el entrevistador no se quede con dudas de si puedes o no desempeñar el puesto: explícale con ejemplos reales que no tendrás ningún problema y que las funciones son compatibles con tu discapacidad. Por ejemplo, una persona con deficiencia visual puede utilizar el ordenador en igualdad de condiciones con sencillas lupas aumentativas que vienen por defecto en los ordenadores. Lo importante es despejar todas las posibles dudas al entrevistador y que no se quede con la sensación de que le falta información.
  4. Refuerza tu marca personal en Redes Sociales. Te diferenciará de otros candidatos. En igualdad de condiciones, si tienes un perfil activo en Twitter o Linkedin, el reclutador se decantará automáticamente por ti, pues se asocia con personas activas, a la vanguardia en Nuevas Tecnologías y que se esfuerzan por dar lo mejor de sí mismas. Además, si en las Redes hablas con naturalidad de tu discapacidad, demostrarás que eres una persona segura de ti misma y que no se amilana ante ningún reto.
  5. Agota todas las fuentes de búsqueda de empleo ¡sin límites! Tener una discapacidad no implica que debamos buscar sólo en fuentes específicas para desempleados con discapacidad. Piensa que existen muchas otras y que cuántas más utilices, más posibilidades tendrás: servicios públicos de empleo, portales, agencias especializadas, webs corporativas de empresas, centros de orientación en Universidades, etc. ¡No dejes ninguna!

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