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Por encima del talento están los valores comunes: disciplina, amor, buena suerte, pero, sobre todo, tenacidad. - James Baldwin

La mentalidad empresarial, hándicap para el crecimiento de las mujeres directivas

Los lectores del Periódico del Talento han participado en la encuesta que proponíamos sobre la menor presencia de las mujeres en los puestos directivos de las empresas. Son muchas las causas, pero los lectores de nuestros medio han elegido como la más mayoritaria aquella que indica que esta circunstancia se debe a la existencia de una mentalidad aún un poco retrograda de las empresas que impiden este crecimiento. Esta opción fue elegida por el 49% de los participantes con 312 votos.

En segundo lugar, los lectores eligieron que la opción que indicaba la falta de conciliación con las empresas como la causante de esta circunstancia. En concreto, el 32% de los participantes, con 201 votos fueron los que se decantaron por esta opción.

La siguiente opción por la que se inclinaron nuestros lectores fue la que indicaba que la alta competencia que ofrecen los hombres en un mercado cada día exigente es una circunstancia a tener muy en cuenta. Esta opción fue elegida por el 14% de los participantes con 90 votos.

Por último, la falta de preparación de las mujeres para estos puestos directivos con un pequeño 5% y 33 votos fue la opción menos elegida.

1 comentario en "La mentalidad empresarial, hándicap para el crecimiento de las mujeres directivas"

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    alain uceda 11 enero, 2017 (12:06 pm)

    Hay una distancia todavía enorme entre lo que se predica y lo que se practica dentro de las empresas, forzando a veces el discurso para que sean las propias mujeres las que acepten algún truco dialéctico que otro que contribuye a mantener las cosas como están. Todo el mundo dice que no se opone a que la mujer ocupe su sitio en los consejos y puestos directivos, pero si uno llega a una sala en la que están todos los asientos ocupados y le dicen que se siente pero nadie se levanta, ¿dónde se va uno a sentar? De este modo, con una amable “resistencia pasiva” se desmonta con mucha facilidad un discurso aparentemente activo. Por otro lado, estudios recientes muestran que una mujer no aspira a promoción si nota que falla en alguna de las “casillas” del “check-list”. Al contrario que un hombre, que tiene una actitud reforzada por el contexto de aspirar a lo que pueda alcanzar sin detenerse en minucias como cumplir o no al cien por cien con los requisitos. La combinación de ambos factores, la resistencia invisible del entorno al ascenso femenino, y la ausencia de frenos reforzada por la costumbre para los hombres, se vuelve una barrera mucho más difícil de contrarrestar que los antiguos y rotundos noes. Las cuotas no es que sean necesarias para que la mujer entre en los consejos, sino para que el resto de las mujeres (y de los hombres) vean que sí, que es posible, y no una extravagancia. Ver para creer.

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