La recuperación económica no está llegando a los jóvenes. El colectivo entre 16 y 39 años que durante la crisis supuso el 100% de la pérdida de empleos de la economía española sigue sin recuperarse, a pesar de que el empleo en el colectivo siguiente, de 40 a 64 años ha crecido ya un 9,3%.
Las razones que subyacen son tres: causas demográficas, el cambio de comportamiento y hábitos de esta población y la reducción de la oferta de empleo para los jóvenes como consecuencia de la disparidad en el mercado, entre lo que piden las empresas y la oferta de los perfiles. Así se contempla en el último Índice ManpowerGroup: “2008-2016: Retos y paradojas del mercado laboral en los jóvenes en España” presentado esta mañana por Raúl Grijalba, presidente ejecutivo de ManpowerGroup en España y por Josep Oliver, catedrático de economía aplicada de la Universidad de Barcelona.
Según el estudio, para explicar el paro juvenil actual que se sitúa en primer trimestre de 2016 en el 25%, hay que evaluar los cambios estructurales de la población en edad de trabajar durante los últimos 8 años, desde el inicio de la crisis económica (la Gran Recesión) hasta la actualidad. Una de las causas es el envejecimiento de la población activa, ya que muchos de estos jóvenes han pasado a formar parte del grupo de 40 a 64 años y los nuevos jóvenes incorporados al mercado laboral no son suficientes para reemplazar a los anteriores (el empleo en el colectivo joven ha caído un -35% en la crisis frente al aumento de los de más de 40 años en un 13%). El colectivo de jóvenes de 16 a 39 años se ha reducido de un 52,5% en 2008 al 44,5% en 2016. De la misma forma, el peso del empleo juvenil ha caído en estos ocho años, desde un 55% pre-crisis al 41% actual.
A pesar de lo que se pudiera pensar, la recuperación económica no ha modificado esta dinámica sino que la ha acelerado. Entre el primer trimestre de 2008 y el primero de 2016 han desaparecido 3,6 millones de empleos juveniles. El impacto demográfico ha acabado con 1,9 millones de puestos de trabajo y la menor demanda de las empresas ha supuesto 1,7 millones de empleos perdidos, a lo que se ha unido una reducción en la tasa de actividad de los jóvenes (por menos actividad, vuelta a estudios, etc.).
Según el estudio, el principal responsable del cambio en el empleo joven es la demografía, ya que con la recuperación en curso, a igualdad de población y actividad, este colectivo habría generado empleo neto.
Para el profesor Oliver la caída de la tasa de natalidad en los años 70 está teniendo consecuencias veinte años después: “mientras no se absorba el paro general del país, el problema del paro juvenil quedará escondido”. Su diagnóstico es claro: “las tres grandes razones de la caída del empleo juvenil en la crisis (descenso de población joven, reducción de la tasa de actividad de éstos y menor demanda de perfiles por el desajuste de talento) no presentan mejoras en la actual recuperación”.
El nuevo empleo juvenil
La crisis ha golpeado con mayor intensidad a los más jóvenes y el empleo ha caído más cuanto menor era el nivel de estudios, pero, sobre todo, ha alterado la estructura de su mercado de trabajo. A pesar de ello el empleo juvenil es más cualificado hoy que el que teníamos antes e la crisis. Durante la crisis el peso de los ocupados jóvenes con alto nivel de estudios ha aumentado hasta el 32% aunque en la recuperación es el empleo de los de menor nivel de estudios el único que aumenta.
La nueva estructura del perfil del ocupado joven es de mayor edad, más educada, femenina, nativa, terciaria, con mayor peso de la jornada parcial, de profesionales y con más contratación indefinida.
Entre los jóvenes que presentan una mejor recuperación post crisis están los jóvenes hombres inmigrantes con bajo nivel de estudios (crecen +5,2% frente al nativo que se contrae -1,4%). Sin embargo, la caída del mercado laboral juvenil ha cambiado radicalmente las características de este grupo, hoy el perfil del joven ocupado es otro: mayoritariamente femenino con alto nivel de estudios y nativo.
Junto con el perfil del ocupado joven, la crisis también ha cambiado el tipo de empleo que desempeña, que es hoy más terciario (75%). En el estudio también se muestra como en el periodo 1T/2008-1T/2014, el empleo temporal juvenil y el indefinido caían en los jóvenes un 43% y un 27% respectivamente. Tras la crisis, se ha recuperado el empleo temporal en este colectivo, creciendo un 10%, mientras que los contratos indefinidos han seguido reduciéndose en un -4%.
Para Raúl Grijalba, presidente ejecutivo de ManpowerGroup España, los datos de este Índice ManpowerGroup constatan que el paro estructural juvenil precisa medidas urgentes en torno a la empleabilidad de este colectivo. ‘Necesitamos un pacto urgente, un pacto por la empleabilidad que incluya reformas no solo en el plano educativo para adaptar las necesidades de las empresas a un nuevo entorno. La unión de estas disparidades, junto a una base demográfica que se envejece, genera retos urgentes en el ámbito empresarial y social”.
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