El término talentum tiene su origen en las civilizaciones románicas y griegas que lo utilizaban como moneda de cambio o unidad de peso. En la RAE, ésa es la cuarta acepción por detrás de inteligencia, aptitud o de la definición ‘persona inteligente o apta para determinada ocupación’.
¿Qué rasgos definen a un profesional con talento? ¿Todos tenemos talento? ¿El talento tiene edad? ¿Es lo mismo talento que genio? ¿Se nace con talento o se cultiva? Esta última es la eterna pregunta que desde hace ya mucho se plantea en el ámbito de los recursos humanos; pero parece que estamos más cerca del consenso. ¿Por qué? La razón principal desde mi punto de vista es que, si el talento fuese innato, tendría que ser algo ligado a nuestra condición genética, como si de un simple color de ojos fuera. No habría entonces esfuerzo humano suficiente para adquirirlo. Y el talento, por supuesto, se puede cultivar.
¿Qué lo diferencia del ‘genio’? Pertenezcamos a la generación a la que pertenezcamos, siempre hemos escuchado frases como ‘ese chico es un genio’ o ‘esa chica tiene un don’ en contextos académicos y laborales para referirnos a aquellas personas que tienen la habilidad de realizar una determinada actividad de forma extraordinaria, sin desgastar demasiada energía. Sin embargo, aunque los genios sean digamos talentosos por naturaleza, la potencialidad no es su rasgo principal.
Las características que más personalidades consideradas genios tienen en común son, entre otras: la curiosidad y la impulsividad, aprendizaje mediante formación autodidacta más que con educación reglada, alto nivel de autocrítica que en ocasiones puede llegar a ser incluso contraproducente, y la motivación derivada del éxito de su trabajo más allá del dinero.
La reflexión, llegado este punto, es que estos rasgos de la personalidad de una persona que se puede considerar un genio no implican que, sin otras cualidades, esa persona sea un profesional con talento que busquen las compañías de hoy.
Las empresas buscan en los candidatos conocimientos técnicos, que ayuden a completar las tareas exigidas, manejo de herramientas informáticas, y una serie de capacidades que hoy llamamos transversales y que hacen referencia a la empatía, al trabajo en equipo, flexibilidad, habilidades para a comunicación y, sin olvidar, el dominio de idiomas. Vayamos a un extremo… ¿Qué empresa querría un trabajador en su plantilla que por muy bueno que fuese realizando la tarea X fuese una persona arrogante, individualista, inflexible y nada polivalente?
El talento no tiene edad
En la actualidad la Comunidad Laboral Trabajando.com – Universia tiene en marcha un proyecto en colaboración con Human Age Institute que se llama Talent at Work. Se trata de jornadas que promueven la empleabilidad juvenil a través de charlas inspiracionales, debates con directores de recursos humanos de empresas destacadas, y talleres teórico-prácticos para la correcta búsqueda de empleo. En estas sesiones lo que en realidad buscamos es mostrar a los universitarios qué rasgos buscan las empresas en los candidatos, más allá de una determinada titulación: gente con pasión por lo que hace, con ganas de aprender, de mejorar cada día, con capacidad para liderar o dejarse liderar, resolutivos, comprometidos, con habilidades socio-comunicativas, flexibles. Todos estos rasgos (casi) completarían la fotografía de un profesional con talento.
Estas características y habilidades, ¿tienen límite de edad? No se aprecia razón lógica para pensarlo. También en este 2016, colaboramos en la elaboración y coordinación del lanzamiento del libro ‘El Talento Invisible’ que, precisamente, ofrece datos para reflexionar sobre la problemática de los profesionales de más de 40 años desempleados de nuestro país. El libro, que cuenta con el prólogo de los presentadores del programa Aquí Hay Trabajo de La 2 de RTVE con el que colaboramos desde Trabajando.com España, y el epílogo de Miguel López, director de marketing de la compañía, analiza desde la óptica social, política, económica una situación sobre la que se debe trabajar.
Retomando las capacidades que como profesionales podemos desarrollar para descubrir nuestro talento, es pensar en aquello que sabemos que nos motiva y que en cierta medida dejamos de ver como trabajo cuando estamos en faena, y entonces intentar dedicarnos a ello. Con esfuerzo, dedicación, ampliando conocimientos y adquiriendo nuevas habilidades conseguiremos ser el candidato ideal para alguna empresa para la que iniciemos un proceso de selección.
Con todo este talento por descubrir y emplear, ¿qué pueden hacer las empresas para detectar, atraer y fidelizar a los mejores profesionales para ser competitivas en un mercado exigente, incierto y continuamente cambiante? Este es el gran reto de las organizaciones de hoy en materia de recursos humanos. Y llegado este momento, la transformación digital se presenta como la vía hacia la eficiencia, la sostenibilidad y el crecimiento.
El gran desarrollo de las nuevas tecnologías y sus innovaciones constantes ofrecen al mercado herramientas que sin duda se han convertido en las grandes aliadas de los expertos en selección. Ya no importa desde donde trabajemos, podemos colaborar con nuestros compañeros en un proyecto de reclutamiento con excelente coordinación, eficacia en el seguimiento al detalle, de forma organizada que permite obtener más tiempo para las fases principales de los procesos de selección: entrevistas personales, dinámicas de grupo, pruebas de idiomas, o test para el análisis de competencias y habilidades.
Decía Francisco Umbral que “el talento, en buena medida, es una cuestión de insistencia”, y coincido con él en que las personas que realmente tratan de conseguir sus objetivos personales y profesionales lo harán si establecen una buena combinación de actitud positiva y aptitud adecuada, y se esfuerzan para conseguirlo. Creo que cualquier empresa busca perfiles que reúnan ambas buena actitud combinada con una gran aptitud.
Javier Caparrós
Director General
Trabajando.com – HR
Consulting España
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