Talento colectivo para innovar

La capacidad de adaptación se ha convertido en un requisito indispensable dentro de un entorno digital que obliga a las empresas a ser cada vez más competitivas y veloces, incluso camaleónicas, para poder adaptarse a nuevas situaciones en un tiempo récord, pudiendo asegurar al menos de esta manera su supervivencia, éxito -casos de final feliz- y crecimiento en dicho entorno. Lejos de levantar temores, este nuevo modelo conlleva grandes oportunidades. Entre ellas se encuentra la agilidad para construir nuevos productos y servicios o la posibilidad de conquistar nuevos mercados, porque las industrias están cada vez más desdibujadas y tienen a la tecnología como elemento transversal a todas ellas. Como siempre, cuando se cierra una puerta, se abre una ventana. Así ha sido siempre, y el momento actual no es una excepción.

Por contra, la velocidad y los ritmos de ejecución que impone este ‘t sunami digital’ pueden hacer que a veces caigamos en la tentación de no escuchar lo suficiente a quienes nos rodean y que además deben ser protagonistas de estos cambios necesarios. No debemos olvidar que las personas son parte y desencadenantes de todo proceso de transformación. Por eso, sería un grave error despreciar su voz en las organizaciones actuales. Grandes dosis de creatividad y talento son requeridas para facilitar el cambio, y son dos cualidades que residen en las personas y que nunca podrán ser sustituidas por la tecnología o, al menos, no de momento. Así, de cara a su transformación es fundamental que las organizaciones ofrezcan a sus miembros herramientas de escucha donde poder volcar sus ideas e inquietudes.A día de hoy, la tecnología puede jugar el papel facilitador de un entorno abierto, transparente y democrático donde se estimula esa comunicación continuada, así como la creatividad y la innovación.Un territorio que conjuga el ‘dejar hacer’, la autonomía en la aportación de propuestas e ideas con la transmisión y anclaje de toda la organización en unos objetivos estratégicos marcados por la alta dirección. Procedimientos de innovación digital como el crowdsourcing de ideas , que recoge las aportaciones de cada miembro de la organización y permite el trabajo de toda ella sobre cada propuesta, permiten aprovechar al máximo el potencial innovador, a nivel individual y colectivo, de las personas que componen una organización

Asimismo, este recurso constituye una caja de resonancia que emite y recibe información de forma continua y omnidireccional, recibiendo feedback continuo de toda la organización y empapando de forma transversal a todos sus integrantes con los fines estratégicos que le son comunes. Una vez mencionados los efectos de estas herramientas sobre las personas es también interesante destacar su afección sobre las propias organizaciones. Escuchar a todos sus miembros es el primer paso para cimentar una cultura organizacional basada en la implicación y la pertenencia, que cultiva tanto la innovación como el intraemprendimiento. Finalmente, las herramientas digitales de innovación colaborativa son también poderosos “radares” para rastrear y detectar talento dentro de las organizaciones que de otra manera estaría oculto. Los procesos participativos democráticos permiten conocer mejor a las personas y potenciar sus elementos diferenciadores en su beneficio (mayor desarrollo personal, mayor valoración profesional) y del de toda la organización

Por todo ello hoy más que nunca, en el paradigma de lo cooperativo y colectivo, es necesario trabajar de forma conjunta y aprovechar la diversidad de ideas y personas como elemento transformador. Por todos estos motivos, no es de extrañar que el crowdsourcing de ideas esté siendo reconocido como una de las formas más efectivas de innovar digitalmente y de conducir la transformación en las organizaciones.

Ante un entorno inestable y altamente cambiante, no hay que tener miedo a preguntar cuando las respuestas pueden ayudarnos a crecer y hacernos más fuertes.

Artículo escrito por Pilar Roch, COO de ideas4all Innovation .