El 4,2% de la población activa, mayor de 18 años y menor de 65, de Castilla y León ha desarrollado algún tipo de iniciativa empresarial en 2014, lo que supone medio punto más que el año anterior, aunque por debajo de la media nacional (5,5%). Pero no todas las personas que se involucran en el proceso emprendedor están movidos por la oportunidad puesto que hay muchos que lo hacen «por necesidad». En concreto, se trata del 21,4% que, prácticamente, se vieron obligados ante la falta de oportunidades en el mercado laboral y el elevado desempleo.
El Informe GEM (Global Entrepreneurship Monitor), elaborado por el Grupo de Investigación en Dirección de Empresas (GIDE) de la Universidad de León, con la colaboración de la Fundación Iberdrola, recoge, por contra, que aún son mayoría (56,7%) los que montaron negocios para explotar oportunidades detectadas. Entre las motivaciones subyacentes de los emprendedores que deciden montar un negocio están relacionadas con el logro de objetivos económicos como aumentar el nivel de renta (58%), conseguir una mayor independencia económica (27,7%) o mantener los ingresos actuales (9,4%). En todo caso, más de la mitad considera el emprendimiento como una buena opción profesional (53,6%).
El estudio, al que ha tenido acceso la Agencia Ical, señala que el parámetro de los emprendedores potenciales de Castilla y León, que mide el porcentaje de población que espera emprender en los próximos tres años, se sitúa en el 5,6%, por debajo del 6,8 de 2013 e inferior al conjunto de España (8%). En cambio, la Comunidad presenta a nivel nacional uno de los porcentajes más bajos en cuanto a la tasa de abandono. Es decir, solo 1,1% de los empresarios cerró o traspasó un negocio en el último año. Eso sí, un dato «preocupante» es que casi un 70% de los emprendedores que tiraron la toalla con su proyecto argumentó que el negocio no era rentable.
También aparece en los primeros puestos de España en cuanto al menor porcentaje de cierre efectivo (0,92%). Un dato que está relacionado con la tasa de emprendedores consolidados (que llevan más de 3,5 años en el mercado), fijada en el 4,6%, aunque inferior a la de España (7%).
En cuanto al perfil socioeconómico del emprendedor, las encuestas del GEM determinan que la edad media para montar una empresa en 2014 fue de 38 años y con una formación superior. Un dato que, según los expertos que han colaborado en el informe, sugiere que el emprendedor de Castilla y León tiene cierta experiencia precia antes de poner en marcha un negocio.
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