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El talento no ha de servir para saberlo y decirlo todo, sino para saber lo que se ha de decir de lo que se sabe. - Mariano José de Larra

Liderazgo femenino, ¿Qué y por qué?

Empezaremos resolviendo el ¿por qué? Desde 1975, el 8 de marzo “Día Internacional de las Mujeres” se ha convertido en un día para reivindicar la igualdad de derechos entre mujeres y hombres. Era muy lógico poder aprovechar este espacio para abordar cuestiones sobre el Liderazgo femenino.

Si preguntas a cualquier persona sobre qué entiende por liderazgo femenino, la mayoría de las respuestas que obtendrás automáticamente estarán basadas en ejemplos que se limitarán por el género, te hablarán de mujeres. Un concepto que engloba habilidades como la escucha activa, la empatía, la reflexión, la comprensión, la flexibilidad, la conciliación o que busca el aprovechamiento máximo de la inteligencia colectiva y de la diversidad para generar consenso; mejora continua; solidaridad y todo ello desde en un marco inclusivo se puede tipificar de muchas formas y debería ser expresado desde la actitud de la persona, no limitarlo a un género. De hecho, todos conocemos como responde el sistema, normalmente las posiciones peleadas y alcanzadas por mujeres han sido basadas en lo que se denomina liderazgo masculino. Isabel la Católica, Margaret Thatcher o Ángela Merkel, mujeres reconocidas internacionalmente a las que no se las conoce precisamente por su delicadeza y que han logrado representar países por tener un pensamiento estratégico, demostrar lógica y racionalidad impenetrable, con carisma y valor, y estos curiosamente son los adjetivos que forman el arquetipo de lo que denominamos liderazgo masculino.

Teniendo en cuenta que más de la mitad de la población somos mujeres y que gracias a estudios de marketing conocemos que aproximadamente el 80% de la toma de decisión de las compras es inducido por nosotras, apenas se ve esta representación en los estatus de decisión. Coincido con más articulistas en afirmar que hay algo que no se está implantando realmente y no responde a la lógica empresarial, ¿dónde está la visión de las mujeres en los equipos de dirección? Mientras, a las fuerzas de venta se les sigue exigiendo mejorar continuamente los resultados de cada año, estos se siguen dirigiendo sin ningún tipo de innovación. Hay estudios internacionales que aseguran que las empresas más rentables tienen al menos un 30% de mujeres entre sus equipos directivos, estas organizaciones desde el exterior se ven y se sienten más humanas, más confiables.

Hoy, que parte de la estrategia de venta de la empresa ya está integrada en las áreas estructurales de la compañía, por ejemplo, presentando en las selecciones de personal la marca en cuestión, la magnífica gestión de la misma que aporta numerosos beneficios para la organización y que se materializa en creación de empleo en tiempos de crisis, al parecer, todavía 7 de cada 10 empresas aún no ven las ventajas de integrar la equidad en sus equipos de dirección. La economía humana repercute muchos más beneficios para todos a largo plazo que el simple dinero que sólo enriquece a unos pocos. En este tipo de economía en la que se priman los cuidados, con la que se obtiene mejores resultados a largo plazo, la experta es la mujer, pero no tiene la exclusiva. A nuestro alrededor hay muchos hombres que conceptúan perfectamente todas las cualidades del arquetipo de liderazgo femenino. Personas que priman el bien común al bien propio son las que pueden aspirar a representar un liderazgo femenino. Estamos hablando de cuidar, cuidar las herramientas y su uso para no exterminar los recursos. Cuidar a las personas y el medio para conseguir que el proceso fluya, este podría ser el secreto y sólo es limitado por la actitud de la persona indiferentemente de su género.

Parece que estas empresas arraigadas en el ostracismo empresarial se pierden al menos la mitad de las vistas, es una necesidad urgente para su propia supervivencia, la de integrar a mujeres en sus consejos de dirección para ampliar sus visiones, conseguir la sostenibilidad y fidelizar su cuota de mercado. En la situación actual, tan cambiante, afianzar los ingresos a largo plazo producirá la recurrencia del negocio que mantendrá la empresa.

Por otro lado, vemos compañías como por ejemplo Mutua Madrileña que desarrollan programas especialmente diseñados para apoyar a las mujeres en su carrera profesional. El objetivo de su programa denominado “Liderazgo femenino” es que sus empleadas puedan profundizar en los conceptos clave de la gestión empresarial, desarrollar habilidades y descubrir sus fortalezas individuales facilitando así el acceso a posiciones superiores. Además, hay encuentros de networking y se han creado políticas de reclutamiento para favorecer la selección interna. Se consigue así una mayor visibilidad de las mujeres en las posiciones de decisión y transmitir una imagen vanguardista.

Cuando hablamos de innovación se entiende que la misma parte del contacto entre las personas y las ideas, es decir, se precisa del trabajo en equipo. Robinson Crusoe sólo es una autobiografía ficticia. Partamos de la idea de que el trabajo en equipo es un grupo de personas que luchan por un objetivo común. Teniendo en cuenta esta simple definición es fácil entender que un buen equipo de trabajo debe contar con partes diferentes que logren conformar un todo y cada una de esas partes debería de tener visiones diferentes para facilitar el análisis y minimizar el riesgo en las decisiones. Esta responsabilidad recae sobre los comités de dirección, y mientras estos no amplíen sus puntos de vista no podrán tener un análisis completo de la situación ni estudiar todas las posibilidades antes de decidir con qué acción se obtiene la mejor solución para alcanzar el objetivo y mantenerlo.

Para concluir, ¿Qué es liderazgo femenino? Es un conjunto de características que conceptúan un estilo de gestión en la que se prima la coordinación de las fuerzas y el intercambio de recursos para alcanzar los mejores beneficios para todos y puede ser abanderado por cualquier persona independientemente de su género, además facilita la cooperación y combinado con otros estilos de liderazgo amplifica determinadas cualidades que favorecen las relaciones humanas y mejoran la gestión empresarial.

Artículo escrito por Erika García, Consultora Senior Jointalent

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