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El talento es un don que Dios nos hace en secreto, y que nosotros revelamos sin saberlo. - Montesquieu

Entrevista a Andreu Cruañas, Presidente de Asempleo

Licenciado en Derecho por la Universidad de Barcelona y Graduado en Dirección de Empresas por el IESE/ Universidad de Navarra. Desde noviembre de 2013, Cruañas preside la Patronal de Agencias de Empleo y Empresas de Trabajo Temporal, ASEMPLEO, de la que es representante en la Junta Directiva y en el Comité Ejecutivo de CEOE.

  • ¿Qué valoración hace de la situación laboral en España y de la evolución que hemos tenido en los últimos tiempos?

El mercado laboral ha tenido un comportamiento ejemplar en estos últimos años de recuperación, en el que ha demostrado su fortaleza y músculo para reducir el enorme número de desempleados que provocó la crisis económica, en especial, en esta última fase de la recuperación económica y del empleo (2015-2016).

La tendencia ha sido muy positiva y hemos estado creando empleo a un ritmo superior al 3% -algo que nadie entre los expertos hubiésemos previsto ni ante el mejor de los escenarios-, pero las corrientes que nos han empujado hasta aquí no van a ser tan fuertes en este 2017 y el panorama que se presenta urge a acometer medidas para adaptar el mercado laboral a la realidad actual de nuestra economía, y a la población activa, a las demandas del mercado.

Los deberes se han hecho y las notas, como constatamos en el mes de enero, con los datos de la Encuesta de Población Activa del mes de enero, han sido buenas. Pero ahora las materias son otras y debemos seguir trabajando para evitar que la creación de empleo se estanque y para lograr incorporar al mercado a todos aquellos que siguen descolgados y, en muchos casos, con la formación y las capacidades, obsoletas u oxidadas.

  • ¿Cree que la situación laboral mejorará en los próximos años? ¿Hasta qué punto?

En los próximos años la situación tiene que mejorar, dado que no hemos vaciado todavía ni la mitad de la jarra de desempleo que tiene nuestro país. Creemos firmemente que los datos irán a mejor, pero no queremos decir con esto que el mercado vaya a crear empleo a un ritmo superior al que lo ha estado haciendo, porque eso es altamente improbable.

Como alertamos desde el Departamento de Estudios de ASEMPLEO a comienzos de año, queda poco margen de maniobra con el actual marco en el que se sustenta el mercado laboral para seguir creando empleo. La tasa de pleno empleo o paro estructural se sitúa en el 18% en la actualidad -según nuestros cálculos, 18,5% para la OCDE- y esta situación no hace sino urgir al Ejecutivo a llevar a cabo las reformas necesarias para hacer que esta cifra se reduzca. Lo preocupante de esta situación se acentúa al considerar la crisis ocupacional que llevamos viviendo en los últimos años, con la falta de adecuación entre los perfiles de los trabajadores y los que demandan las empresas.

En este sentido, consideramos que es necesario llevar a cabo una reforma profunda de las políticas activas de empleo, así como ajustar el marco a la realidad del mercado laboral español, que demanda una mayor flexibilidad y una previsión más temprana y precisa, de las necesidades del mercado; así como de un seguimiento individualizado de los desempleados, para favorecer la incorporación de más personas a las listas de cotizantes. Pero insistimos en que esto, siendo imprescindible, no será suficiente, si no viene acompañado de políticas que mejoren la competitividad y que faciliten el dimensionamiento de nuestras empresas. No se trata sólo de favorecer la contratación, sino de crear nuevos puestos, de ampliar la capacidad de nuestro tejido productivo. Y esto requiere la puesta en marcha de un paquete completo de reformas, que debería ser prioridad para el actual Gobierno. Algunos pasos, ya se están dando con la garantía juvenil.

  • La precariedad laboral, es un tema que preocupa a muchos españoles, ¿Cree que irá en aumento o mejoraran las condiciones?

Considero importante aquí empezar con una definición, para corregir un error que es cada vez más común en los medios de comunicación y que está generando, por tanto, una relación equívoca entre dos términos, en la opinión pública: temporalidad y precariedad.

Según la CSI (Confederación Sindical Internacional), el trabajo precario se caracteriza por unos contratos laborales atípicos, con prestaciones sociales y derechos laborales limitados o ausencia de los mismos, niveles elevados de inseguridad laboral, escasa permanencia, sueldos bajos y gran riesgo de lesiones y enfermedades laborales.

Un trabajo precario se define por un elevado nivel de inseguridad en el empleo, reducido nivel de permanencia en un  puesto de trabajo, bajos salarios y un alto riesgo de lesiones y enfermedades laborales. Las formas flexibles de empleo no implican automáticamente esa precariedad.

No hay que confundir temporal con precario. Si bien es cierto que la temporalidad en España es muy elevada, en relación con la media europea, también lo es que gran parte de esa temporalidad está justificada por las necesidades derivadas de la estacionalidad de nuestra economía y que, a pesar de lo que algunos puedan pensar, no podríamos sobrevivir sin ella.

En este sentido, sería necesario verificar que los contratos temporales responden verdaderamente a necesidades temporales de la empresa. Esto pasa por un mayor control y una gestión profesional de la temporalidad, que garantice que esa temporalidad es causal, real y justificada. Las formas flexibles de empleo  son componentes necesarios  de los mercados laborales dinámicos e inclusivos.

Respecto a las condiciones laborales de aquellos trabajadores con contratos temporales, desde luego que esperamos que mejoren. Y confiamos en que ocurra porque, como venimos demandando desde hace tiempo, la ley debe empezar a regular a aquellos actores, ajenos al sector de las ETT –ya estamos sujetos a un estricto marco y a un exhaustivo control por parte de la Inspección de Trabajo-, que intermedian en los procesos de contratación. Muchas organizaciones, de distintos tipos, que ponen personal a disposición de otros, cuando en realidad, las ETT somos las únicas autorizadas para ello.

Sobre las condiciones de los trabajadores que son contratados a través de una de nuestras empresas, citaré los resultados del Índice de Calidad en el Empleo (ICE), elaborado por la Universidad de Alcalá de Henares, en el que se puede ver con claridad, la brecha existente entre los trabajadores temporales directos y los contratados por ETT: los segundos tienen sueldos más elevados e iguales a los percibidos por los trabajadores indefinidos; en ellos, la adecuación entre horas pactadas y trabajadas, es mejor; tienen una estadística más positiva sobre los accidentes laborales, etc. También es reseñable el hecho de que el porcentaje de trabajadores de ETT, que tienen y desean un trabajo temporal y/o a tiempo parcial, casi duplique al de aquellos temporales directos.

  • ¿Qué opinión le merece el contrato único que proponen algunos partidos políticos?

La idea de establecer un contrato único para equiparar las condiciones de los trabajadores, no nos parece mala. Pensamos que puede funcionar, siempre y cuando se diseñe también un contrato específico para aquellos trabajos que no responden a una figura permanente. Puede parecer presuntuoso, pero no es capricho del sector, sino demanda de nuestra economía, que está enormemente condicionada por las actividades estacionales, que tienen necesidades de capital humano muy puntuales y para periodos de tiempo de duración breve y específica. No tendría sentido, por ejemplo, firmar un contrato indefinido –contrato único-, con una azafata contratada para un congreso de un fin de semana, o para un camarero contratado para el refuerzo de un sábado de puente, sabiendo que no van a estar ocupados más de dos días; y esto es algo que muchos partidos ya están reconociendo.

En cualquier caso, tenemos que ver aún cómo se define esta propuesta del contrato único y si los partidos se ponen o no, de acuerdo, para llevarla a cabo.

  • La temporalidad es otro de los problemas laborales en España, ¿cómo podemos solucionarlo?

Como ya hemos comentado, la temporalidad no debería presentarse como un problema de nuestro mercado laboral, sino como una necesidad del mercado, un componente más que debe regularse. El problema es el abuso de esta forma de flexibilidad y su mala gestión, y la solución pasa por un control más feroz de los contratos firmados, para corroborar que verdaderamente se corresponden con una necesidad real de temporalidad, de la empresa o institución contratante.

Pensemos que, de toda la temporalidad que existe en España, sólo el 18% es gestionado por Empresas de Trabajo Temporal. Quizá mientras lee estas líneas se esté planteando a quién corresponde la mediación de ese más del 80% que resta. En la actualidad, son múltiples y diversos los actores que pueden gestionar el empleo temporal en nuestro país, sin embargo, ninguna de estas fórmulas está sometido a tan amplia regulación, como es el caso de las ETT, que son las únicas sujetas a un estricto sistema de autorización previa, control de sus contratos, por parte de los Servicios Públicos de Empleo y la Inspección de Trabajo,  y a un seguimiento intensivo de la seguridad y salud de sus trabajadores.

Esta realidad evidencia la necesidad de establecer un mayor control y una gestión profesional de la temporalidad, para garantizar que está motivada por una causa real y justificada por las necesidades productivas de las empresas.

La OIT advierte que en aquellos países donde no existe garantía de gestión eficaz de la temporalidad, que produce índices de temporalidad elevados y no ajustados a la realidad económica del país, provoca una elevada precarización del mercado laboral. Esta afirmación es correcta, sin embargo, es necesario separar la mala gestión de la temporalidad, de la temporalidad funcional que, aun reconociendo que no es la que se da en todo el territorio español, sí es la que lleva a cabo el sector privado del empleo al que representamos.

Los aspectos positivos de la temporalidad gestionada por profesionales no deben verse empañada por los efectos de los abusos que se hace de esta temporalidad. Una intermediación eficaz, eficiente y siempre profesional, ha demostrado en multitud de ocasiones, ser una herramienta de flexibilidad en el mercado laboral, que favorece a empresas, trabajadores y por ende, a la economía nacional, y que incluso, es capaz de actuar como un corrector competente de los desequilibrios que presenta nuestro mercado de trabajo.

  • ¿Cuáles cree que serán los perfiles profesionales más demandados?

Las empresas buscan perfiles multidisciplinares y polivalentes, con capacidad analítica y gran adaptabilidad a los cambios. Se valora también muy positivamente el trabajo en equipo, ser resolutivo y tener una visión estratégica. Por supuesto, el dominio de los idiomas, sigue siendo un requisito prácticamente indispensable para optar a cualquier puesto y en este sentido, tener experiencia internacional, puede darnos muchos puntos a la hora de ser elegidos para el puesto al que aplicamos.

Partiendo de esta base, la especialización técnica y la digitalización, serán claves para encontrar un trabajo en los principales nichos de empleo cualificado, que se van a abrir en este año.

Una gran parte del empleo estará orientado a las TICS (ingenieros informáticos, desarrolladores web, creadores de aplicaciones móviles, consultores SAP, especialistas en el tratamiento de Big Data, expertos en ciberseguridad, gestores de comercio electrónico, etc.). Habrá, además, opciones para aquellos especializados en ventas y logística y para los business developers -desarrolladores de negocio-.

Internet generará también un importante número de puestos de trabajo en el área sanitaria, de medicina y farmacia, así como en el sector de banca y finanzas, ambos muy influenciados por la traslación y el tratamiento de una gran cantidad de información digital.

Dentro del área corporativa destacará el gestor de talento de recursos humanos, encargado de diseña las políticas de selección del personal, en las que la visión estratégica de los empleados contratados, jugará un papel fundamental. Será relevante también la figura encargada de la reputación de marca, así como la del comunicador digital, responsable de generar una comunidad con los clientes y de promover el consumo de los productos y servicios ofertados por la compañía.

Como vemos, se trata de trabajadores para 1) crear plataformas digitales, 2) desarrollar la estrategia a seguir en ella/s, 3) implementar esa estrategia, 4) medir sus resultados, 5) mejorar la reputación de la marca y promover una relación entre esta y el cliente, etc. En definitiva, la manera de hacer negocios ha cambiado, también la de producir y los perfiles más demandados van a estar orientados a satisfacer estas nuevas necesidades de las empresas, que deberán pelear para conseguir a su candidato perfecto entre la escasez de trabajadores adecuadamente cualificados, con los que cuenta nuestro mercado laboral.

  • ¿Cree que el talento es algo imprescindible para triunfar en el ámbito laboral?

Sin ninguna duda. Desde luego que así es y así será. Ya está siendo determinante para la cobertura de muchos puestos de trabajo y el futuro del empleo lo que va a demandar es especialización, polivalencia, implicación en el proyecto empresarial, capacidad de trabajo en equipo y de resolución de problemas y, en definitiva, talento.

Nos esperan unos años de mucha competencia en el mercado laboral: pocos perfiles especializados, con muchas empresas interesadas en ellos; y muchos de baja cualificación rifándose los escasos puestos que ofrecerá el mercado para sus características, habilidades y formación. El talento será clave en ambos escenarios, dado que la tendencia concentrará el empleo en nichos muy especializados.

El mercado laboral está cambiando a una velocidad que se escapa a políticos, reguladores y formadores y, en plena era de la economía digital, donde cada vez son más los puestos cubiertos por máquinas -desarrollados por humanos, sí, pero por esos de los que, precisamente, tenemos escasez- y en el que la formación es una asignatura troncal que se debería extender durante toda la vida activa de los trabajadores, el talento va a ser el requisito que marque la diferencia.

  • ¿Qué objetivos se plantea Asempleo para los próximos años?

ASEMPLEO nació en 2013 y desde entonces, hemos ido creciendo hasta conseguir representar al 80% del sector privado del empleo. En estos años, hemos conseguido unificar el discurso del sector en los principales temas relevantes y se ha logrado también credibilidad en el ámbito del mercado laboral, ante los partidos políticos, las instituciones y la opinión pública; y ser referentes en el análisis del mercado y sus principales problemas.

Ahora que ya somos una patronal sólida, nuestro objetivo es terminar de integrar a todo el sector y seguir trabajando en la eliminación de las barreras -administrativas, impositivas y legales- que existen en el mercado y que limitan la flexibilidad de las empresas, impidiendo la celebración de un gran número de contratos que podrían dinamizar el mercado y canalizar una gran parte del empleo sumergido.

Como objetivos concretos, la redefinición del actual marco de colaboración público privada o la reforma integral de las políticas activas para el empleo, están en nuestras miras desde hace meses.

Respecto al mercado laboral y como hemos comentado en el inicio, esperamos que se siga creando empleo y aunque no será en tasas tan elevadas como las que hemos visto en los dos últimos años, esperamos que la evolución del sector al que representamos, siga siendo positiva. Eso sí, no tenemos un objetivo concreto cuantificado, dado que 2017 va a ser un año de muchos cambios en el mercado laboral (reforma laboral, sentencia TJUE sobre la indemnización de los interinos, cambios en la concesión de permisos, en los horarios, etc.), que van condicionar todo lo que suceda en los próximos años.

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