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El talento, en buena medida, es una cuestión de insistencia. - Francisco Umbral

Socios para siempre

Respóndete con sinceridad a esta pregunta, me dijo una vez mi mentor al comenzar a trabajar por cuenta propia, ¿a quién le prestarías dinero sin preguntarle para que lo va a utilizar? Esas dos o tres personas de tu entorno en las que has pensado, me dijo, son en esencia la diferencia entre un conocido y un verdadero amigo. Salvando muchos matices en el ámbito empresarial, los criterios principales que te han de llevar a establecer una buena relación con tus socios son la confianza y la generosidad.

Porque un socio es esa persona con la que vas a compartir muchos años de trabajo, y siguiendo las palabras que los novios se dicen ante el altar”…en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza….”, elegir bien a los compañeros de viaje es tan importante como decidir con quién te vas casar. A ellos te vas atar en lo personal, en lo financiero y aunque no lo quieras en lo emocional, y probablemente para toda una vida. Así que piénsalo bien, porque oportunidades de negocio no hay muchas y los años acaban pesando, las rupturas traen consecuencias muy dolorosas y sus efectos pueden ser a muy largo plazo.

Pero…¿Cuál es el secreto para llevarte bien con tu socio? Hay una serie de pautas que muchos desconocemos cuando empezamos nuestra aventura empresarial y que ayudan a que las relaciones no se deterioren en momentos difíciles. Aclarar de antemano que se espera de cada uno de los socios, definir responsabilidades y valorar las aportaciones, evitar que uno se meta en el trabajo de los demás, establecer normas y líneas de actuación claras, son algunas de esas pautas que contribuyen a la buena convivencia y a anticiparse también a las situaciones difíciles. Es muy útil para que las relaciones fluyan incorporar consejeros y mentores externos ala sociedad.

Útil para llevarse bien es el pacto de socios, documento que se debe de redactar y firmar en los comienzos de la empresa. Una herramienta que facilita la futura resolución de conflictos, aclara situaciones y evita tentaciones y disgustos. Un pacto debe de incluir cuestiones tales como el reparto de dividendos, limitaciones del administrador, decisiones de venta de acciones, objetivos en función de ventas, mayorías reforzadas, valoración de salida de socios, entre otros.

Siempre nos movemos en el dilema de  si es mejor, que cada socio lleve unas determinadas parcelas o que todo se acuerde. Las desavenencias personales entre socios son las causas más comunes de mortandad de las empresas. A la hora de tomar de decisiones, hay que dejar bien definidas de antemano las áreas concretas y las responsabilidades de cada uno, y esto se puede hacer con un contrato o se puede incluir dentro de los estatutos de la empresa.

Durante la actividad hay muchas decisiones que tienen que tomarse con rapidez y otras que habrán de ser consensuadas. Los problemas y las dificultades de relación entre las personas suelen venir cuando los socios trabajan también en la empresa. Es importante saber diferenciar entre las funciones y atribuciones que cada uno tiene como trabajador y las que les corresponde en su calidad de socio. Definir estos roles de antemano evita muchos conflictos y desgaste emocional, agiliza las asuntos más críticos del día a día y permite mejorar la visión desde diferentes ángulos. De nuevo en estos casos es bueno contar con otra perspectiva, la que que puede dar un mentor.

Basado en mi experiencia de trabajar todos estos años con emprendedores los problemas surgen cuando las cosas van mal o no son como se esperaban y comienzan a escasear los recursos. Es fácil tener socios de buen tiempo, que son aquellos que llegan cuando las inclemencias desaparecen, lo difícil es tener compañeros para las dificultades. Cuando hay inconvenientes es entonces cuando se conoce de veras a las personas, cuando algunos abandonan el barco.

Hay muchas razones que hacen que afloren los problemas en la empresa, un socio no cumple con sus obligaciones, aparecen infidelidades, surgen problemas personales, uno de los socios tiene mal carácter. En cualquiera de los casos que se presenten hay que tener siempre la cabeza fría y los ojos puestos en los resultados del negocio. Es bueno cuando surgen problemas serios entenderla decisión que se tomó en el pasado y el compromiso asumido en común con otras personas. Madurar implica valorar el esfuerzo que se ha realizado y no tirar todo por la borda ante los primeros obstáculos que encontramos.

¿Qué sucede cuando uno de los socios tiende a tratar de imponer su criterio? Los criterios se negocian con argumentos y estos han de ser validados objetivamente. Cuando el número de socios es impar las decisiones se toman por mayoría y para algunas de ellas es bueno fijar mayorías reforzadas de antemano. Los problemas pueden surgir cuando la capacidad de decisión entre socios es la misma porque ambos tienen el cincuenta por ciento. Yo soy partidario de que uno de ellos tenga mayor capacidad de dirección, la posibilidad de ejercer el control general. Por eso antes de entrar en una asociación es muy importante establecer las reglas del juego por escrito: quién va a aportar qué y cómo será esa toma de decisiones. Las buenas intenciones en estos casos no bastan.

Para llegar a acuerdos en las decisiones trascendentes, es importante invertir tiempo en crear una autentica visión compartida de la empresa entre los socios y desarrollar ese clima de confianza. Las grandes decisiones han de responder a una opinión de consenso, sobre todo en las empresas pequeñas. Es bueno fomentar la comunicación y tratar de hacer un ejercicio de empatía entre socios. Tratar de comprender entre todos los pros y contras. Aprender a tomar decisiones de forma conjunta fortalece las relaciones y crea un verdadero espíritu de equipo. Del mismo modo cuando una decisión se toma en firme, todos sin excepción han de aceptarla como propia y trabajar por ella.

Al comenzar tu andadura como empresario yo invito a responderse con sinceridad a esta pregunta ¿necesito tener un socio? Piénsalo muy bien antes de dar el paso y mantén siempre tu patrimonio personal separado. Valora bien si su integración es clave para la actividad del negocio o si bien su trabajo es mejor subcontratarlo. Muchos emprendedores que he conocido al empezar, bien por falta de recursos o por criterios de amistad o familiares, comparten alegremente sus participaciones sin pensaren las consecuencias futuras.

Y es que las circunstancias con el paso de los años cambian. Y aunque los retos se superan mejor en equipo, en ocasiones es mejor caminar solo. En una empresa con varios socios lo más habitual es que ocurra como en un corral de gallinas con varios gallos: al final el más fuerte es el que gana y uno acaba eliminando a los demás. Da igual que sean familia o amigos desde la niñez. Gestionar el bien es mucho más fácil que gestionar el mal y lo que al principio puede ser un idilio al final se puede convertir en una pesadilla.

Artículo escrito por Julio Rodríguez Díaz, Coautor de Relatos Humanos (LID Editorial) y Socio Director de Avanda Consultores

2 Comentarios en "Socios para siempre"

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    Macarena 31 enero, 2017 (7:45 am)

    Felicidades por el artículo y el libro

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    Antón 31 enero, 2017 (8:32 am)

    Excelente artículo Julio

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